martes, 28 de mayo de 2013

HOMENAJE Y RECONOCIMIENTO A DOS MÚSICOS Y COMPOSITORES COLOMBIANOS

GABRIEL ROMERO. MÚSICO Y COMPOSITOR COLOMBIANO

Gabriel Romero un artista nacido en Sabanagrande, Atlántico, en el año 1943, desde muy niño comenzó su vida artística cantando temas en su tierra natal en un carrito de helado y que luego de ser escuchado y apreciado por habitantes de su tierra era invitado a fiestas y rumbas para que las amenizara.
Al ver que en su pueblo no podía progresar, viaja a Medellín (1967) donde inicia su famosa carrera musical y profesional, su primera orquesta fue la del maestro Pacho Galán, luego entra a la orquesta de los hermanos Martelos y finalmente a Los Black Strars, logrando el primer éxito como cantante, interpretando la canción La Piragua (José Barros)
Una de sus primeras composiciones fue el bolero La quiero ver, pero en el género bailable su obra primigenia fue Canto a Navidad. Después llegaron Mi compadre, Lamento marino, Dónde estás, Quién me quiere, Se varó, Charanga del amor, Pa ti, pa ti, Cumbia enamorada, Sabes que te quiero, Sara, Me voy mañana y Cereté…” (http://www.lastfm.es)
Con la fama y los éxitos alcanzados al lado de las grandes orquestas de Medellín  y de haber participado en el Carnaval de Barranquilla, Gabriel forma su propia orquesta dándole un estilo propio, y con esta lanza y graba las mejores canciones que hoy se escuchan y bailan en todo el país.
En la voz de Romero los colombianos han bailado y gozado temas como La Piragua, El Machete, La Subienda, el Porro Sabanero, Me importa un carajo y un sinnúmero de temas que lo han llevado a ser reconocido y premiado con varios galardones en Colombia y el exterior, entre ellos: el Congo de oro, El Premio Esmeraldo, El Cacique de Oro y varios disco de oro, lo que demuestra la calidad y el profesionalismo de un cantante de lo que en interior se conoce como música tropical.
GABRIEL ROMERO ha sabido imprimirle un sabor especial a todas sus creaciones, llegando a ser considerado el mejor intérprete de la cumbia y por eso se le conoce como “El cumbiambero mayor” (http://eje21.com.co)
ÓSCAR VELÁSQUEZ. COMPOSITOR Y MÚSICO COLOMBIANO
Director del Trío América, Oscar Velásquez y su Orquesta y del Centro Musical Trío América.
Hablar de Óscar Velásquez es nombrar a uno de los más prestigiosos y talentosos músicos de Medellín. A través de la historia se ha convertido en un referente musical de la ciudad. Este homenaje está dirigido a un ser humano lleno de valores y de cualidades humanas, pues ha dejado huellas en los corazones y en las vidas de muchas las personas del país.

Por eso es este homenaje a una persona, a un músico y a un artista que se ha dedicado a la creación, al arte, a la cultura y a llenar de alegría los corazones de los habitantes de Medellín; Óscar Velásquez es hoy todo un patrimonio inmaterial de la ciudad, porque conserva toda una tradición que recogió desde su abuelo y padre y ha cultivado en sus hijos.   

viernes, 14 de diciembre de 2012

11a EDICIÓN DE LA REVISTA PORRO Y FOLCLOR



10 AÑOS RESCATANDO EL FOLCLOR Y LA CULTURA 

DE COLOMBIA.


La Tribuna del Porro en Medellín.

“La tradición, es el principio que une toda cultura. Al otorgarle la continuidad da las pautas de su razón de existir. Es esta en andamiaje impulsor sobre la cual se ha apoyado y proyectado desde los orígenes de su comunidad. Los hechos folclóricos necesitan de unas reglas, de unos atributos, de unos principios para ser reconocidos como tales, siendo el pueblo su principal actor, para rechazarlo o acogerlo, si lo rechaza éste desaparece sin dejar rastro y cada quien lo vive y desfruta a su manera”.[1]

En los albores del nuevo milenio, la música nacida en las entrañas de los pueblos de la costa Caribe colombiana (aunque hayan cercenado un gran pedazo de nuestro mar), festejaba otra alborada: la aparición de la Revista Porro y Folclor, publicación producto de la quijotada, tozudez y preocupación del paisa Alonso Franco, seducido por los cantos, tambores y vientos de la música pelayera.

Agosto del 2002 marca el inicio de esta aventura intelectual, musical y fandanguera como vitrina de artistas, investigadores, compositores, intérpretes, analista de nuestra idiosincrasia y como realce a la música vernácula de Colombia. La revista nace como un grito de rebeldía por el arrinconamiento que sufren las expresiones musicales propias por parte de culturas foráneas.

El objetivo de Porro y  Folclor es aportar “a la formación cultural de los barrios de Medellín y del país, como un proceso de conservación de la cultura popular y folclórica de muchas de las regiones de Colombia; especialmente de una zona que es rica, no sólo desde lo económico, ecológico y social, sino desde lo cultural: el Caribe Colombiano; se esmera por mantener y sostener la cultura popular folclórica y difundir el arte que se genera alrededor del porro pelayero y citadino”.

Así mismo, la Revista es una provocación a reflexionar nuestra ciudad desde los aportes de “académicos, trabajadores, intelectuales, estudiantes y el pueblo en general, para que se difundan las ideas, creaciones y aportes de los músicos, danzarines, bailadores y compositores que hoy en día vienen haciendo un gran esfuerzo para mantener viva la multiculturalidad de Colombia”.

Por sus páginas, en estos diez años, han pasado la pluma, el pensamiento y a la contribución de  prestigiosos investigadores de Medellín, de la Costa Caribe y del país en general. Desde esta tribuna se  construye desarrollo y se preserva la cultura en las barridas de la capital antioqueña, como una manera de tejer sueños y suturar el tejido social de la ciudad, rasgado y herido letalmente por el dolor y a veces la indolencia de las élites, que sólo lo mira desde las estadísticas y los fríos números.

Diez años de porros, gaitas, fandangos y cumbias; diez años de bullerengue, mapalé y sere se sé... Diez años de honrar la vida y obra de Lucho Bermúdez, Pacho Galán, Clímaco Sarmiento, Cresencio Salcedo, Edmundo Arias y a los gaiteros de San Jacinto y San Pelayo; a los Corraleros de Majagual y a las orquestas célebres de  Gustavo Quintero y Nelson Henríquez; diez años de homenaje a la memoria de las mujeres cantadoras del Golfo de Urabá, tan nuestro y tan lejano; a Totó La Momposina, a Etelvina Maldonado, Estefanía Caicedo y Petrona Martínez; diez años de bailar en el festival de Ovejas, San Pelayo, Cereté y Arboletes, en fin diez años en que también, con tristezas sufrimos y enaltecemos la partida sin retorno de Estercita Forero, Pablo Carvajal y Rafael Escalona. También se nos fue Pablito Flórez, con los sabores de su porro, porque cantamos con él que el porro “me sabe a piña me sabe a mango/ me sabe a leche esperá en corrá/me sabe a china esparascá en fandango/y ají con huevos en machucá/ Mi porro me sabe  a bollo poloco esmigajao en celele/y a minguí con coco/ Me sabe a queso bien amasao/  con panela e' coco de Colomboy/ también me sabe a viuda e' pescao
con calzón ripiao bajo un ranchón…

Esta, a grandes rasgos,  ha sido la gran contribución que la Revista Porro y Folclor le ha hecho a Colombia, en una labor solitaria, amasada año tras año por la necedad de Franco. Sea el momento para agradecer a todas aquellas personas que han creído en este proyecto; gracias a su colaboración desinteresada este sueño se ha hecho realidad  y se seguirá construyendo con el trabajo colaborativo de quienes creemos en Colombia; de quienes encontramos en nuestro pueblo y en nuestra cultura la más bella poesía para cantarle a la vida y honrar las fiestas.

Una copa de vino por el Porro y Folclor y ¡Qué viva el porro!
                       
Marcos Vega Seña.



[1] Editorial de la Revista Folclórica Bullerengue. Órgano Difusor del Folclor Cordobés. 2 Edición. Puerto Escondido Córdoba. Junio de 2008. P. 7

viernes, 5 de octubre de 2012

LA DANZA EN LA EDUCACION



El movimiento está presente en el hombre desde su estado embrionario, la forma esférica fetal en los primeros meses de vida, conquistando la posición extendida. Inicia en su pequeño mundo una tímida exploración de los estímulos externos, flujo sedentario que obliga al entrenamiento del aparato neuro-musculas, es la lucha de su peso para ganar la motricidad de sus articulaciones.

Preliminarmente se recrea al infante con sus miembros superiores e inferiores, iniciándose así la toma de conciencia del movimiento, para posteriormente descubrir y entender que estos pueden ser  sostenidos o súbitos, vigorosos o leves.
Su movilidad primaria se desarrolla naturalmente por medio del juego y se perfecciona posteriormente en la experiencia dancística. Pero a nuestros niños y jóvenes solo se les familiariza de cierta formación la música, donde los instrumentos musicales son un motivo para experimentar, pero como su desarrollo psico-motriz es aun fundamental  es despojado del goce refrescante de la danza. En los (5) años básicos de la escuela siempre se la impone una cátedra de música, obteniendo contacto con sonidos y símbolos, mas no reciben talleres de danza. Permitiendo en esta edad la evolución equilibrada en los esfuerzos intelectuales y activo, de modo que el niño progrese física, mental y emocionalmente.

En niveles superiores la educación es más compleja, por ejemplo la educación física (área que tiene en sus contenidos a la danza), esta mas dedicada al deporte que a la rítmica, desaprovechando la oportunidad de formar el cuerpo, educarlo y desarrollar destrezas para la práctica de la danza, privando al  joven de darle formas adecuadas a su cuerpo, adquirir seguridad emocional, y afianzar sus relaciones interpersonales.

El maestro debe propiciar en sus educarnos  la vivienda de los factores del movimiento, ayudándolos a descubrir su ritmo interno, el cual está presente en todas las instancias de la vida, a explorar y disfrutar las posibilidades creativas de la música, que al fusionarse con el cuerpo enriquece la totalidad del ser.

La danza no debe ser apéndice del sistema educativo, sino un aspecto integrado a las materias que componen mancomunadamente durante todas las etapas de la vida, la formación del ser humano para así lograr su mayor realización física y espiritual.

La vida es una constante danza, pues ella es el movimiento con el cual sentimos la imperiosa necesidad de comunicarnos, creando un lenguaje corporal, posibilitando crear, innovar, descubrir otras variaciones  del movimiento en la comunicación y en la relación con el entorno.

LA DANZA FOLCLORICA POPULAR
En nuestro país se han olvidado las técnicas populares de la danza indo-americana, prosiguiéndose con el trabajo empírico, por lo cual el instructor de la danza, es comúnmente un repetidor de su maestro. Es importante reconocerles a estos últimos la apertura del espacio para el trabajo de la danza folclórica, obteniendo aciertos y desaciertos, pero a parte de estos éxitos o fracasos, se les debe destacar el ser pioneros en la búsqueda del camino para el cada vez más comprometido análisis de nuestra cultura.

Escasos grupos o personas han desarrollado un estudio sistemático y profundo de la danza folclórica y popular, teniendo entre sus propósitos trabajar experimentalmente en la búsqueda de nuevas formas de expresión, explorando de otras posibilidades de comunicación por medio del movimiento, para comprender el idioma de su corporalidad. Esto quiere decir que la mayoría de los grupos folclóricos pocas veces cuestionan las danzas motivo de su quehacer, para saber si son arqueológicas, están en vías de extinción o se encuentran vigentes. Desconocen la función que esta cumple,  su afán y único anhelo, como es de sus maestros, es descubrir la danza más antigua y desempeñar sus orígenes, olvidando la creatividad de nuestro pueblo, lo cual es dinámica y según sus necesidades día a día va dando nuevos aportes.

LA DANZA ACADEMICA
En los centros de enseñanza de danza académica se ha encontrado que la cultura occidental es copiada en sus movimientos, desdibujando nuestra identidad corporal. Que la danza occidental es importada con una connotación colonialista, donde es más importante la técnica que al análisis, vendida por los monopolios de difusión, cerrando los espacios a la danza folclórica y tradicional.

Se ha dicho repetidas veces que la danza clásica no corresponde a  nuestra corporalidad, ni pertenece a nuestra realidad histórica y la técnica de la danza moderna o contemporánea son un compendio de movimientos foráneos, tradicionales o populares.

La academia artística es el negocio de moda, muchas carecen de pensum académico, maestros idóneos, espacios adecuados, aprobación oficial. Donde una expresión danzada no puede ser sistematizada, analizada o comunicada si quiera a través de una grafía. Esta carencia de verdaderas escuelas de formación han hecho que el nivel de la danza folclórica se haya demeritado.

Por fortuna se está despertando en la actualidad una conciencia nueva, respecto al trabajo de los aspectos teórico - práctico de la danza, pues no se puede seguir permitiendo que se vea esta como un apéndice de la música o simplemente como una manifestación de poca importancia que sentimentalmente despierta la música. Esa nueva forma nos permite obtener un concepto diferente, una gran comprensión y un conocimiento con profundidad ya que el empirismo no permite ver más allá de su externa quedando la fantasía, la imaginación y el pensamiento cegados ante nuevas formas de creación. la academia debe ser también un centro de investigación, que nos permita rebosar los fenómenos y no quedarnos en la contemplación.

En su producción artística la academia debe pender por una proyección más dinámica y estructura de la danza tradicional, en la cual haya una afinidad y coincidencia  con la temática del hecho folclórico, pero que no se confunda con él, pues, se advierte que son reelaboraciones que procuran interpretar lo más fielmente el estilo tradicional.

No se trata de reproducir el hecho danzario como se da  en su ambiente natural, sino de concebir nuevas propuestas, para mostrarle  a un público pasivo, un espectáculo que en un tiempo y espacio determinado le brinda lo más característico de la danza tradicional de una forma agradable y fácil de asimilar.


ANTONIO TAPIAS LONDOÑO

martes, 17 de julio de 2012

FESTIVAL NACIONAL DE PITO ATRAVEZADO

Morroa, desde hace más de 500 años cuando hacía parte de Bolívar, ha poseído una riqueza cultural y artesanal que se mantiene, promueve y proyecta cada vez mas a través de diversas actividades. Sus pobladores han sido los principales gestores de toda la riqueza inmaterial que posee el municipio. Es así, como se organizaron los grupos artesanales y artísticos hasta lograr las hoy reconocidas como las mejores hamacas del mundo y en 1988, un grupo de morroanos que buscaban rescatar las tradiciones del municipio organizan el 1er. Festival Nacional de Pito Atravesao ?Pablo Domínguez?; nombre con el cual se honró la memoria de uno de los piteros mas renombrados del municipio y de la Subregión de los Montes de María. Desde esta fecha se han realizado XVIII festivales sin interrupción. La Junta organizadora emprendió la tarea de realizar un festival que inicialmente solo era para los ejecutantes de música de Pito Atravesao, pero que hoy también enaltece a los danzantes, la labor de los artesanos del municipio y la riqueza cultural que posee Morroa.