CUANDO EN EL NORTE Y EN EL SUR SE BAILABAN EL PORRO Y OTROS RITMOS COLOMBIANOS.

Por: Gustavo Escobar Vélez.


ALGO DE HISTORIA.

En el decenio de 1940 y 1950 se presenta un éxodo de buenos intérpretes de la canción popular colombiana, compositores y directores de orquesta todos excelentes. Lo hicieron hacia el cono sur de América y se quedaron algunos de ellos en Buenos Aires, la capital de Argentina. El fenómeno se había dado muchos años antes hacia el Norte, más concretamente a Nueva York. Querían buscar nuevos horizontes y poder grabar con las técnicas más avanzadas las bellas canciones de nuestro país. No obstante el alto porcentaje de obras del interior como bambucos, pasillos, vals y danzas, al menos cinco lograron imponer los alegres ritmos costeños de nuestra patria. A ellos quiero referirme, así sea someramente en esta crónica.

EN EL NORTE Y CENTROAMERICA.

Las compañías disqueras más famosas de aquellos años eran La Columna, la R.C.A. Víctor y la Brunswick que desapareció en 1933. Para 1918 el dueto Wils y Escobar, bogotano, grabaron La Mora, un danzón del cubano Eliseo Grenet constituyendo el primer tema del género puramente bailable llevado al acetado por artistas colombianos. Se denominaban Trio colombiano ya que contaban con el violinista Miguel Bocanegra también de Bogotá.

El primer porro que se grabó, finalizado 1920, fue LA PRINGAMOSA con letra y música de CINPRINAO GUERRERO BASANTE de Magangue, Bolívar. Lo llevaron al surco fonográfico los cubanos Pilar Arcos y Miguel de Grande para la Columbia. Algunos sostienen que se trata de un danzonete y toros que es un auténtico porro. Le siguen en orden cronológico los porros LA BOGATELA Y AY AY AY, del compositor Ángel María Camacho y Cano, grabados por sus grupos para el sello Brunswick. Este mismo compositor, nacido en San Estanislao (Arenal), departamento de Bolívar, y a quien tuvo el placer de entrevistar por correspondencia en febrero de 1977, firmo con el seudónimo de Rafael Obligado con cuya agrupación dejó en La Columbia en el porro A MEDIO LAO. Camacho nació en 1901 y falleció en Barranquilla ha mediado de 1993, el siglo anterior.

Otro importantísimo compositor y vocalista que difundieron el género propiamente bailable, léase porro, cumbia, danzón, rumba y afines, en el gran país del norte, Cuba y México fueron: CARLOS MOLINA, bogotano, HERNAN RODRIGUEZ GARCES, tumaqueño conocido como NANO RODRIGO; el gran maestro de Sincé, hoy Sucre, pero tenido como de Cartagena ADOLFO MEJÌA y, por último el barranquillero LUIS CARLOS MEYER. Cada uno de ellos por su trascendencia e importancia en el campo de la música colombiana alegre, emotiva y parrandera merece crónica aparte para la próxima edición de esta Revista PORRO Y FOLCLOR.

EL PORRO EN ARGENTINA Y CHILE.

Para la Argentina partieron por aquellos años cuarenta el antioqueño JORGE MONSALVE, “MARFIL” quien grabo para el sello Odeón y con la Orquesta del maestro argentino EDUARDO ARMANI porro como El Vendedor de Cocos, cuidado con el Tiburón, Pascual de Vechio, Los Aprietos de Yusepì, Monerías, Muchachas Colombianas, Paco y mucho más. Marfil, oriundo de Liborina Antioquia (1919 – 1986), conformo dueto con “Ébano” (Luis Pierre) de Venezuela, con Roberto Valencia y con Morales. Por eso lugres triunfaron y grabaron discos LUCHO BERMUDEZ (1912 – 1994). Lucho llego a Buenos Aires en 1946 y en su orquesta incluyó músicos argentinos. Así como en Nueva Cork el maestro argentino Terig Tucci recibió la influencia musical, para “hacer” pasillos colombianos, de Jorge Añez, Adolfo Mejida y Lidizlao Orozco y de Gabriel Escobar Casas y otros, entre los más virtuosos, y de las compositoras Rosita de Rocha y Sonia Dimitrowna sin olvidar a Miguel Bocanegra en Argentina, Lucho Bermúdez transmitió sus conocimientos musicales a genios de la talla de Eduardo Arman, Eugenio Nòbile y Américo Belloto. Este hecho es la comunión más maravillosa de los músicos extranjeros con nuestra hermosa música colombiana. Bermúdez grabó infinidad de porros para la Víctor y La Odeón de Argentina. He aquí algunos ejemplos: Caprichito, Buenos Aires, y Danza Negra, entre los más famosos. También algunos boleros.

Sus vocalistas: Matilde Díaz, Bob Toledo grabaron el porro El Yoyo. Finalmente, y sin deja de reconocer la labor de Dueto Fortich y Valencia (Gustavo y Roberto) quienes grabaron para La Víctor los primeros paseos vallenatos (Toño Miranda en el Valle, El Bote y La Raspadita), haré referencia otro gran compositor colombiano, de Cajibio Cauca (1897 – 1975), maestro EFRAIN OROZCO MORALES. Su primera gira la hizo en compañía del también caucano Leonardo Pazos con quien formo su primer grupo musical. Recorriendo Panamá, Cuba, Costa Rica y Perú y, a los cinco años regresaron a Colombia. Con la compañía de Adolfo Bracale, español, Orozco dejó de nuevo el país y se fue a Chile donde construyo gran atracción en Viña del Mar, y a la Argentina donde cumplió una misión trascendental.

Los buenos músicos de aquellos años del Gran Buenos Aires afirman que EFRAIN OROZCO “cambio de un tajo el sonido de la Buenos Aires tanguera de antes de Gardel. Lo de Orozco ofrecía algo que en cierta forma puede compararse con lo de Xavier Cugat en los Estados Unidos”, según Hernán Restrepo Duque. Puso a bailar a los argentinos con sus porro en su estilo con vocalistas como “ Ébano”, Carlos Gal y los antillanos y Lilian White. Se recuerda éxitos como el porro Ramón con letra del inmenso poeta argentino Homero Manzi quien lo firmo con el Seudónimo: “Guajiro”. Otros: que si Señora, La Negra Concepción, La Vaca Loca, El Caimán, Sabrosito Sabrosón y Muévete Negra, todos grabados para la R.C.A. Víctor Argentina. Su orquesta alternó con las de figuras tan importantes como Aníbal “Pichuco” Troilo y Oswaldo Norton en las inolvidables tardes en El Ràcing Club. EN Chile grabó porros de autores colombianos la Orquesta de Porfirio Díaz siendo el más recordado El Ventarrón.

Este es pues, a grande rasgos, un grato recuerdo de músicos nuestros que pusieron en alto la música bailable colombiana. Su obra, por lo bien elaborada es parte fundamental de la memoria musical de nuestro pueblo.