Soy el ritmo que conviene en la cuenca caribeña como testigo sonoro, me tapan, me palitean y explotan, mi tranquilidad no cesa.
El fértil valle el Sinú dio vida en mis modalidades, vertiendo en tus aguas, mis melodiosas creaciones mi cadencia legendaria: Soy el porro.
Mientras las generaciones y ritmos pasan, yo me siento abandonado, ya solo me sostienen la nobleza de mi expresión y matiz, sediento que me escuches y ne bailes, hunde los pistones y percute los cueros, notaras que mi cadencia te envuelve y gozarás de mi simbólica y expresiva armonía.
Bríndame guapirreos emocionantes, expresándome tu alegría, no importa que las espermas se derritan en tu cuerpo, despliega tus brazos, mueve tu cintura, acaríciame, baila mi ritmo con armonía y prolongaras la vida mía.
No dejes que despojen de mis modales fandangueras, haciéndome imprescindible dentro de la muchedumbre, guárdame en tu memoria.
Y con tu habilidad creativa, cultívame con empeño, Para seguir alegrando las bellas albas sinuanas.
¡Ay, no concilio mi sueño!.
¿Qué pasa?, Me viven enfrentando con otros ritmos hermanos, pero el percutir melodioso de mis bombos, clarinetes, trompetas, redoblantes y el guacheo de mis platillos, me llenan de armonía que encienden tantas Marías para prolongar la vida mía.
LUIS ALBERTO PERTUZ CAVADIA
San Pelayo, Còrdoba
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